Claudio X. es el Señor de los Membretes / Los partidos no les dieron candidaturas, los ciudadanos» les darán pocos votos / Proclaman su apoyo a Xóchitl.
TÉMORIS GRECKO|mundoabierto.info |MAY 09, 2024. La derecha mexicana (sobre todo aquella ligada al empresario Claudio X. González) apuesta a que un carrusel de membretes puede generar la impresión de una marea de votos. Y que reuniéndolos en fondos de entrevistas de prensa -los oradores sonriendo sobre un surtido rico de colores y letras- y volantes de redes sociales para simular una movilización ciudadana y apartidista, podrá convencer al electorado de que su apoyo a ciertos partidos es espontáneo, honesto y crítico.
Los han maltratado. Desde que los dirigentes de los partidos (que trataban de convencer a gritos de que eran ellos y no Claudio X. quienes tomaban las decisiones) iniciaron el proceso de definición de candidaturas, que podían controlar sin consultar con nadie, marginaron sin cuidar las formas a estos “ciudadanos” y se repartieron los lugares de importancia.
Pero no pierden la esperanza de demostrar que sí cuentan y pueden atraer a nuevos electores, aunque recurran a técnicas que ya han desgastado por tanto uso, como las “marchas rosas” en defensa de la democracia y las instituciones, de las que habrá una nueva edición el próximo domingo 19 de mayo, justo antes del tercer debate presidencial y a dos semanas de las elecciones.
Aunque es poco probable que, en un escenario donde la mayoría del electorado parece ya claramente definido, pueda influir significativamente lo que, a final de cuentas, no es más que un desfile de cascarones de colores.
En este trabajo, mostramos cómo sobre este conglomerado de logotipos se suelen reunir los mismos grupos, mezclados con la caótica variedad de cascarones vacíos que ahora apoya la coalición del Partido Revolucionario Institucional (PRI, (que tuvo la Presidencia de 1929 a 2000, y de 2012 a 2018), el Partido Acción Nacional (PAN, de 2000 a 2012), y el pequeño Partido de la Revolución Democrática (PRD, en peligro de desaparición).
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Los empresarios se adelantan a los partidos
Probablemente, los líderes de PRI, PAN y PRD no necesitaban ayuda empresarial para entender que solo juntos -a pesar de las diferencias de intereses, más que ideológicas, que siempre los confrontaron- podían aspirar a tener oportunidades de desafiar el poder del movimiento creado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, conocido como la 4T, por su visión de generar una “cuarta transformación” del Estado mexicano, después de la Independencia, la Reforma y la Revolución.
Pero Claudio X. González y su asociado Gustavo de Hoyos, dos empresarios de nivel medio, se adelantaron a proponer la confluencia, al frente de una amalgama de membretes supuestamente “ciudadanos”. La idea básica era que ellos representaban a la “sociedad civil” y que los dirigentes partidistas iban a poner el “interés nacional” ante que el personal o el de sus organizaciones, para poner el privilegio de sus siglas (en México, es muy difícil cumplir los requisitos para postular candidatos independientes, por lo que en la práctica solo los partidos políticos con registro oficial pueden presentar aspirantes) al servicio de la gente.
No les faltó creatividad para inventar nombres que le pusieron a la misma gansa: Sí Por México, Unid@s, Va Por México, Frente Amplio Opositor, Fuerza y Corazón Por México. Sobre el papel, era una apuesta de beneficio mutuo: los “ciudadanos” obtendrían candidaturas, recursos económicos y respaldo de las estructuras partidistas; y los partidos, que padecen un profundo descrédito social, verían llegar el favor en las urnas de millones de ciudadanos, convencidos por la pulcritud y la frescura de las organizaciones ciudadanos.
Como mencionamos arriba, los partidos los ignoraron. Seguramente, porque no quisieron arriesgar sus cotos de poder, pero también porque se dieron cuenta de que la “marea rosa” ciudadana no era más que un artificio vaporoso de Claudio X., el Señor de los Membretes, y algunos asociados más.
Las organizaciones cascarón de Claudio X.
En el mitin en el que Xóchitl Gálvez asumió la coordinación del entonces todavía llamado Frente Amplio por México (FAM, luego Fuerza y Corazón por México), el 3 de septiembre de 2023 en el Ángel de la Independencia, una madre buscadora, una trabajadora “aspiracionista” y un líder indígena fueron incluidos como oradores para marcar el carácter ciudadano de su candidatura.
Pero no aparecieron en el evento los cientos de organizaciones sociales que suelen firmar o aparecer como apoyo del movimiento opositor. Si realmente tienen integrantes o seguidores, no fueron a materializar en la calle su entusiasmo por la candidata presidencial.
Una revisión de los desplegados, convocatorias y correos electrónicos del FAM y su denominación política previa, Va por México, así como de su expresión ciudadana, Sí por México, muestra que entre 198 y 400 organizaciones sociales habían suscrito su adhesión a la alianza.
El ejercicio de verificación de datos realizado por Mundo Abierto revela que la mayoría de los membretes son irrastreables, ya que no cuentan con página web o historial en internet. Otras asociaciones están ligadas a grupos empresariales, religiosos o a políticos que han roto con partidos políticos. También destacan decenas de organizaciones “cascarón”, caracterizadas por contar con pocos agremiados, si alguno. Completaban la lista grupos dedicados a la caridad y una buena cantidad de cuentas colectivas de Facebook, Twitter y blogs.
Al menos siete agrupaciones están directamente vinculados al empresario Claudio X
La “marea rosa” que, a partir de las marchas tituladas #EnDefensaDelINE (INE: Instituto Nacional Electoral), debió haber desbordado la zona, como prometieron Unid@s y “Sí x México”. “Si en dos meses movilizamos tantos corazones es porque podemos ganar”, celebró Xóchitl Gálvez, “estamos por alcanzar a Morena”.
Los observadores no compartieron ese optimismo. Desde el rival Movimiento Ciudadano, el diputado Jorge Álvarez Máynez (quien inesperadamente se convirtiría meses después en el candidato presidencial de su partido, tras el descalabro de Samuel García) acusó que “quisieron adueñarse de la ola rosa” pero solo demostraron “que esos cientos de miles de ciudadanos no están con el Frente”. Añadió, en referencia al color del priismo, que “no llegaron ni a ola roja”. La analista política Viridiana Ríos publicó una fotografía aérea que muestra que solo se llenó el acceso oriental de la glorieta y la fracción más aledaña de los carriles centrales del Paseo de la Reforma. Según la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la capital, acudieron 4 mil personas. El FAM, que difundió principalmente fotos con tomas cerradas, aseguró que fueron 40 mil. Es un fuerte contraste con la marcha de la “marea rosa” del 5 de marzo de 2023 -la más numerosa-: el gobierno local estimó 12 mil, y los organizadores, 500 mil.
La promesa de una ola de participación ciudadana en apoyo a Gálvez no se cumplió. El reto que enfrentaban los líderes de “Unid@s” y “Sí por México” era demostrar que los fondos multicolores sobre los que suelen presentarse en sus eventos públicos son más que colecciones de logotipos con escasa o nula representatividad.
Por años, los convocantes de esta y otras iniciativas similares han acostumbrado presumir decenas de siglas y membretes, que cifran en cientos. Por ejemplo, Claudio X. la empleó para convencer a los liderazgos de PRI, PAN y PRD de aliarse en torno a sus propuestas, según contó Santiago Creel, en 2021, al respecto de un encuentro del año anterior en casa del convocante, al que este y su aliado Gustavo de Hoyos los invitaron “para plantearnos una agenda como representantes de diversas organizaciones ciudadanas, más de 300, para suscribir con nosotros”. Ahí se acordó crear “Va Por México”, membrete que antecedió al Frente Amplio por México.
El número es engañoso. Aunque es difícil encontrar un listado claro de esos grupos, pues los que suelen difundir son imágenes planas con símbolos en baja resolución y sin claridad, Mundo Abierto hizo una revisión de uno que Claudio X. compartió en X el 9 de octubre de 2020, con las 198 firmas que llamaron a constituir “Sí Por México”. Abundan las asociaciones inexistentes, otras sin actividades o con escasos miembros -a veces solo se sabe de uno-, un grupos de amiguetes, blogs anónimos o personales, cuentas de Facebook y X, títulos de libros, siglas imposibles de identificar, organizaciones que firman muchas veces, algunas con varios nombres y otras multiplicándose con sus grupos locales.
Sin requisitos previos
En ninguna de sus iniciativas, los convocantes han explicado bajo qué criterios incorporan a esos centenares de agrupaciones a sus listados. No mencionan algún tipo de requisitos como, por ejemplo, demostrar que cuentan con registro legal, órganos directivos estables, domicilio físico y una membresía mínima; que tienen propósitos acordes al proyecto que se supone que apoyan, que no se duplican bajo otras siglas, que no usan sus ramas locales para repetirse ni por lo menos que son existentes en la realidad.
Tampoco ofrecen generalidades de cómo ejercen la representatividad que dicen tener, de qué manera consensan las decisiones con centenares de grupos, o cómo garantizan que todos ellos están siempre de acuerdo con lo que se resuelve y realiza. Llevan las siglas de un proyecto a otro, sin que den indicios de que existe algún tipo de procedimientos de consulta.
Entre las organizaciones civiles que sí tienen algún reconocimiento, en Sí Por México/Va Por México/Frente Amplio se observa una conjunción de tres sectores principales: las redes de membresías formadas por Claudio X. y Gustavo de Hoyos; las organizaciones fachada de la organización clandestina ultraderechista El Yunque, más agrupaciones religiosas articuladas a través del Frente Nacional por la Familia; y agrupaciones de individuos desprendidos de otros partidos.
La feria de las siglas
Claudio X. González Guajardo es tal vez la figura mexicana más prolífica en la introducción de siglas nuevas, aunque las distintas organizaciones que ha fundado tengan pocas diferencias con aquellas a partir de las cuales les dio origen, repitan integrantes y se referencien mutuamente.
Así encabeza lo que, según escribió el ex gobernador panista de Chihuahua Javier Corral, en una columna del 19 de agosto, es un “grupo de empresarios que ha sabido tripular no solo la mediocridad, sino las debilidades éticas de los dirigentes partidistas, y sostener la alianza (Va Por México) para impulsar su agenda específica de intereses y negocios particulares”.